
Cada día mueren 35,000 niños de hambre según la FAO. Es un genocidio de proporciones impresionantes, al que asistimos impasibles. Al mismo tiempo, se calcula que el gasto diario en armamento es de 2.800 millones de dólares y los subsidios agrícolas de los Estados Unidos y de la Unión Europea rondan los 800 millones diarios. No hay fondos para el tratamiento del SIDA... pero los beneficios del complejo industrial bélico–militar dirigen en buena medida la economía mundial. Es apremiante compartir justamente. No hay mejor caldo de cultivo de la radicalización, la animadversión y la agresividad que la humillación y la exclusión. La violencia no se justifica, pero sus orígenes deben de examinarse atentamente.
Tal vez sea momento de acoger y de vibrar juntos.
Tal vez sea momento de siembra profunda.
Tal vez sea momento de alegria compartida.
Tal vez sea momento de reencontrar el grito común... por nuestra causa.
Tal vez sea el momento de decir basta a tanto sufrimiento de tantos.
Tal vez sea momento de decir basta a los agresores, humilladores de estos tantos...demasiados rostros.
Es el momento porqué NUESTRA VIDA así late, así lo pide, así respira.
K i r b a n
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