Hasta lo más singular puede desaparecer...
En el Amazonas brasileño, en el estado de Maranhão, se ha encontrado el cuerpo de un niño indígena perteneciente a una comunidad no contactada. Un indígena de la tribu guajajara fue quien encontró los restos del cuerpo mientras cazaba. La edad del niño o niña se estima en torno a los ocho años; no se sabe a ciencia cierta cómo murió.
Esta muerte trágica y misteriosa refleja la desesperada situación en la que se encuentra un grupo de aproximadamente 60 indígenas awá no contactados, tribu a la que el niño pertenecía. Se trata probablemente del mayor grupo conocido de awá no contactados. Viven en un territorio que, pese a haber obtenido el reconocimiento oficial por parte del Gobierno, es invadido ilegalmente por parte de los madereros desde hace veinte años.
Los awá se han visto forzados a refugiarse en lo más profundo de la selva, y pronto no tendrán ningún lugar donde esconderse. Son un blanco fácil para los (bien armados) madereros, y están fácilmente expuestos a contraer enfermedades mortales.En mayo de 2005, los guajajara se encontraron en la selva con un grupo de unos 15 awá; éstos huyeron aterrorizados, abandonando sus arcos, flechas y demás posesiones.Un equipo de la agencia gubernamental brasileña para asuntos indígenas acaba de llegar a la zona para investigar la situación y, posiblemente, entrar en contacto con los indígenas, lo cual podría bastar para transmitirles enfermedades mortales.
“Las autoridades -- declaran desde Survival -- han fallado en la protección de una de las tribus más pequeñas y vulnerables de Brasil. Deben actuar ahora, retirar a todos los madereros y proteger la zona. De lo contrario, esta comunidad será barrida de la faz de la Tierra para siempre, igual que tantos otros antes que ellos.”
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