Las dos normas que rigen la vida de los monjes cartujos: la soledad y el silencio, son el eje que utiliza el cineasta alemán Philip Groning en "El gran silencio", documental que, a pesar de sus 162 minutos sin palabra alguna, ha cautivado al público y la crítica, cosechando premios y récords de taquilla.
Groning, nacido en Dusseldorf en 1959, cuya vida ha transcurrido entre Alemania y Estados Unidos, y que en su corta filmografía ha enlazado los filmes de ficción con los documentales, contó hoy que perseguía este rodaje desde 1984.
"Buscaba elaborar un estudio profundo del tiempo, y, a la vez, la experiencia de una vida dominada por la pureza y la sencillez", explicó el cineasta, a quien sólo dieron permiso para rodar en 2003.
Hay silencios que llenan,
otros silencios duelen.
Hay silencios turbios y matadores...
Son los que viven las mujeres maltratadas por la agresiva incomprensión.
Su silencio de muerte es su grito más duro, más fuerte.
NO HAGAMOS CALLAR A LA VIDA
k i r b a n